LUGARES DEL PVS EN EL PAISAJE LLANOS

Estacionalidad llanera

Los Llanos Orientales atestiguan, año tras año, dos estacionalidades climáticas opuestas: una seca, que, por lo general, comienza en diciembre y se extiende, más o menos, hasta el mes de marzo; y a partir de ese instante, llegan las incisivas lluvias que van, aproximadamente, hasta las últimas semanas de noviembre o hasta las primeras de diciembre. El cuadro que aquí observamos, que pertenece a la cuenca del río Bita, muestra el anegamiento causado por el invierno en una pequeña franja de sabana. En pocos meses, con la incursión del verano, esta inundación desparecerá y el lugar comenzará a sufrir las inclemencias de la sequía y el calor.

 

Las playas del Meta

Sigamos con la marcada estacionalidad del clima llanero. En los meses en los que no hay lluvias, la mayor parte de los grandes ríos que deambulan por esta región exhiben inmensas playas que surgen como consecuencia del pronunciado descenso en el nivel de las aguas. Tal es el caso del río Meta, cauce que aquí nos muestra una pequeña poceta que subsiste acorralada por un gigante playón veranero. La escena la captamos muy cerca de Santa María la Virgen, hermosa vereda que pertenece al municipio de Cravo Norte, departamento de Arauca. Correrán los meses, y con su andar arribarán las lluvias que terminarán por inundar todo esto y mucho más.

 

El Bita

Nace y muere en el departamento del Vichada. Sus cabeceras, ubicadas en inmediaciones del municipio de La Primavera, describen un extenso y hermoso lugar en el que confluye la vida de esteros, de morichales y la de algunos bosques típicos de la Orinoquia. Desde ese punto, el Bita recorre cerca de 600 kilómetros para ir a morir en las aguas del Orinoco, muy cerca del municipio de Puerto Carreño. Con base en la convención Ramsar, toda la cuenca de este cauce -valga la acotación- fue declarada, en el año 2018,  un humedal de importancia internacional. Enhorabuena, sin duda, por el hermoso y muy importante río Bita.

 

Llano arrugado

Al escuchar o al leer la expresión Llanos, es posible que muchos imaginemos extensas planicies, todas ellas homogéneas y ausentes de ondulantes formas que bien podrían interrumpir su continuidad. Sin embargo, este supuesto pierde asidero cuando nos encontramos con lugares como el que aquí observamos. Adyacente al río Bita, este lomerío, que pertenece a la cuenca baja de dicho cauce, nos da muestra de la sinuosidad que pueden llegar a tener varios rincones de la Orinoquia. Para darnos una idea del tamaño de estas terrazas, observemos, con detenimiento, la altura y el porte del conjunto de árboles que ha logrado subsistir en la parte baja de tan arrugado lugar.

 

Los congriales

Una de las varias especies por las que trabaja el PVS es el congrio. Este árbol, de nombre científico Acosmium nitens, se distribuye desde Colombia hasta el Brasil. La calidad de su madera la ha llevado a ser muy apetecida, especialmente para ser usada como postes que delimitan potreros o como pilares que sirven para la construcción. Por lo general, el congrio habita aquellos lugares que los llaneros llaman “bajos”. En estos sitios, que permanecen inundados durante los meses de lluvias, esta especie se desarrolla cómodamente, a tal punto que, con el pasar de los años, termina predominando en el paisaje. Por tal razón es que a estos fragmentos de sabana se les conocen como congriales, que es lo que, justamente, observamos en esta foto.