Paisajes del Magdalena Medio

El caño San Juan

En un conservado humedal llamado La San Juana, comienza su vida el caño San Juan. Este pequeño cauce, cristalino y manso, transcurre sinuoso mientras busca su encuentro con el río Carare. En varios de los parajes que rodean al caño San Juan, aún subsisten algunos fragmentos de bosques (foto) cuyo buen estado de conservación ha permitido la presencia de ciertas especies silvestres muy únicas y muy amenazadas, siendo una de ellas la marimonda del Magdalena (Ateles hybridus).

 

Remanentes del Carare-Opón

Los ríos Carare y Opón, ambos nacidos en la vertiente occidental de la Cordillera Oriental, y a su vez tributarios del Río Grande de la Magdalena, fueron los que dieron nombre a una extensa selva que, por mucho tiempo, marcó los rumbos de la vida silvestre en esta céntrica región de Colombia. Sin embargo, poco a poco, tales bosques desaparecieron a manos de las pasturas ganaderas que hoy parecieran predominar en el paisaje. Con todo y todo, aún es posible que algunos hatos conserven y sigan protegiendo varios de los remanentes selvátivos que, como el de esta foto, se mantienen en pie.

 

Una mirada interna

Contiguos a la Ciénaga de Barbacoas, en tierras de Antioquia, al occidente del Río Grande de la Magdalena, persisten varios fragmentos de bosques relativamente bien conservados. La imagen que acompaña estas letras describe, justamente, una mirada interna a uno de esos bosques y en los que, además de aún existir especies arbóreas cuyas maderas son muy finas, encuentran abrigo aves amenazadas como el paujil de pico azul (Crax alberti), especie por la que trabaja WCS en el marco del Proyecto Vida Silvestre.

 

Los bosques de la San Juana

Entre los muchos humedales que dan vida al Río Grande de la Magdalena a su paso por límites entre Santander y Antioquia, bien vale la pena destacar una especie de tesoro semioculto. ¿Su nombre? La Ciénaga La San Juana. Este cuerpo de agua, cuyo espejo alcanza las casi 92 hectáreas, cuenta, en ciertos espacios, con bosques circundantes que, como el de la foto, sirven de hogar para muchos mamíferos (cerca de 42 especies se han llegado a inventariar). Entre estas cabe mencionar al chigüiro, roedor científicamente llamado Hydrochoerus isthmius.

 

Cayó la tarde

En este punto, ya solo restan unos pocos kilómetros para que el río Carare (foto) se entregue a las generosas aguas del Río Grande de la Magdalena. Tras nacer en parajes andinos, en la Cordillera Oriental, el Carare, de aguas obscuras, se muestra más apaciguado mientras surca estas tierras aledañas al municipio de Cimitarra, en Santander. Sin lugar a dudas, el cielo de esta imagen, así como su reflejo sobre el afluente, honran los colores de este atardecer muy típico del Magdalena Medio.