Con este blog, Germán Forero-Medina, director científico de WCS-Colombia, reconoce el trabajo en las cuencas del Amazonas y el Orinoco, más exactamente en Brasil, Venezuela, Colombia, Bolivia, Perú y Ecuador, de al menos 85 iniciativas que fomentan la preservación de esta tortuga de río, la más grande de Suramérica. Este es el resultado de un estudio que acaba de ser publicado en Oryx -The International Journal of Conservation.
Foto: Mauricio "PATO" Salcedo
Por: Germán Forero-Medina
Los amantes de los reptiles como yo siempre han estado fascinados por la "charapa", la tortuga de río más grande de Sudamérica, que en el pasado fue altamente prolífica en las cuencas de los ríos Amazonas y Orinoco. En el siglo XIX, el explorador y padre de la biogeografía Alexander von Humboldt escribió en sus crónicas que las playas de los ríos brasileños y venezolanos estaban pintadas de negro a partir de la cantidad de tortugas charapa que anidaban entre la arena.
En el apogeo del siglo XX, una sola pequeña localidad podría albergar hasta 300.000 de la especie, que durante mucho tiempo ha desempeñado un papel importante en los ecosistemas y ha sido una importante fuente de alimento para las comunidades ribereñas. Sin embargo, a pesar de esta abundancia histórica, la tortuga y sus huevos han sido explotados durante décadas, con una pérdida de hábitat y degradación ambiental que han acelerado aún más su declive.
Aunque la conservación de la charapa comenzó en la década de los 1960, no estaba bien documentada. Hasta hoy, las tortugas siguen amenazadas, con estimaciones exactas en gran parte desconocidas debido a la falta de monitoreo y documentación suficiente. Por suerte, este ilustre habitante del continente ha captado la atención de la comunidad científica regional, que ahora se enfoca en su preservación.
Foto: Mauricio "PATO" Salcedo
Hoy, en las cuencas del Amazonas y el Orinoco, más exactamente en Brasil, Venezuela, Colombia, Bolivia, Perú y Ecuador, existen al menos 85 iniciativas que fomentan su preservación. En los últimos años, los registros en cada país muestran que estos programas y proyectos estos programas y proyectos dirigidos a su defensa han resguardado más de 147.000 hembras, una cifra inédita para nuestro tiempo y que considero notable.
Me complace especialmente que este extenso trabajo se esté reconociendo en un nuevo artículo que servirá como una referencia importante para la comunidad científica: "Sobre el futuro de la tortuga de río gigante sudamericana Podocnemis expansa" (en inglés, “On the future of the giant South American river turtle Podocnemis expansa”), el cual fue recientemente publicado en Oryx. Tuve la fortuna de liderar su redacción, junto a 28 coautores, luego de un taller que convocamos en Balbina (Brasil).
En el taller, participaron guardaparques, indígenas y conservacionistas de los seis países, que proporcionaron información sobre su trabajo para proteger a la charapa en áreas de conservación. La parte más alentadora de la reunión fue el compromiso serio de entidades públicas y privadas a favor de Podocnemis expansa, a través de monitoreo y colaboración continua con las comunidades que dependen de esta importante especie.
Uno de nuestros hallazgos más importantes, después de revisar los datos de nueve localidades que tenían suficientes registros históricos, fue que las poblaciones de charapa no muestran tendencias consistentes en los seis países donde habita, es decir, las poblaciones de tortugas están aumentando en algunas áreas, pero disminuyen o permanecen estables en otras.
Es crucial, entonces, mantener registros precisos a través del monitoreo comunitario en todas estas cuencas para poder priorizar las acciones de conservación que garantizan la supervivencia de la especie. Por ejemplo, la conservación es crucial en el río Guaporé o Iténez, entre Bolivia y Brasil, donde se encuentran más de 40.000 tortugas. Esta y otras áreas deben priorizarse para obtener información confiable y continuar con las estrategias regionales de conservación.
Este artículo es un paso hacia exactamente eso. Esperamos que promueva soluciones y demuestre la necesidad de crear una red para proteger a la charapa. Necesitamos un programa regional de monitoreo que no pretenda desconocer los esfuerzos individuales, pero que busque afinar un trabajo en equipo y ser un eje para enlazar y respaldar técnicamente, con información y experiencias, a todos los proyectos involucrados en todo el hábitat de la charapa.
Brasil ya está trabajando para implementar un programa nacional de monitoreo de tortugas, y creemos que un modelo similar podría expandirse internacionalmente para registrar datos importantes de la población a lo largo del tiempo.
Es especialmente importante reconocer el papel de las comunidades que viven juntas con estas importantes poblaciones de tortugas, y que muchas veces sirven como sus principales cuidadores. Son las personas que viven en estas zonas ribereñas a las que les interesa controlar o impedir la comercialización de huevos o carne a gran escala, para prolongar la existencia sostenible de la especie como fuente de alimento y parte de su cultura.
Algunos de los proyectos de conservación de tortugas más exitosos involucran a estas comunidades locales en el monitoreo y la protección de las playas de anidación. Somos optimistas de que nuestro nuevo artículo, combinado con iniciativas como estas, puede ayudar a proteger a este maravilloso reptil para muchos años más.