En el marco del proyecto ‘Conservamos la Vida’, que lidera la Fundación Grupo Argos, WCS Colombia y Parques Nacionales de Colombia, dueños de fincas comenzarán a liberar algunas áreas de sus terrenos y los destinarán, exclusivamente, a la preservación del hábitat de esta especie. A cambio, recibirán ayudas para mejorar su calidad de vida o de sus procesos productivos.
Siete propietarios de ocho fincas situadas en el municipio de Dagua (Valle del Cauca) firmaron, el 16 de enero, acuerdos voluntarios para apoyar la preservación del oso andino (Tremartos ornatus), especie que a pesar de su enorme valor biológico se encuentra en estado Vulnerable, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), esto último por las afectaciones que han sufrido los bosques donde habita.
Estos compromisos se lograron dentro del proyecto ‘Conservamos la Vida’, una alianza entre Wildlife Conservation Society Colombia (WCS), Fundación Grupo Argos, la Fundación Mario Santodomingo, Fundación Smurfit Kappa, Parques Nacionales Naturales y la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), que trabajan precisamente por un mejor futuro para este mamífero, cuyas poblaciones se distribuyen entre Colombia y el norte de Argentina.
Los campesinos que aceptaron apoyar al oso, entre ellos Amiro Zamorano, del predio El Paraíso, comenzarán a liberar algunas áreas de sus terrenos y los destinarán, exclusivamente, a la conservación. En esas tierras también se podrán aplicar procesos de restauración activa mediante la siembra de árboles; así se transformarán en espacios en los que el animal tendrá una tregua para desplazarse, reproducirse y encontrar alimento.
A cambio de ese acto a favor de la especie, los propietarios que suscribieron este compromiso y que se benefician además de un acuerdo predial, recibirán, entre otras cosas y dependiendo de sus intereses, insumos agrícolas, materiales para hacer siembras dentro de la finca, plantas para alimentar las vacas (bancos de forraje) o la construcción de establos para mejorar el manejo de sus animales con tal de evitar que estos se muevan hacia las zonas que recorre el oso y entren en conflicto con él. Para lograr estas obras, ‘Conservamos la Vida’ los apoyará con materiales y ellos aportarán la mano de obra.
A Zamorano se unirán Juan Carlos Bonilla, del predio El Edén; Roberto Manzano, de La Isabela; Adriano Vásquez, de la finca Dinamarca; Victoria Eugenia Larraniaga, de La Cavendishia; Humberto Domínguez, de Canaán y El Carare II, y Leonardo Beltrán, de Bella Vista
La firma de los acuerdos se desarrolló en El Queremal, corregimiento de Dagua, con la presencia de funcionarios del Parque Nacional Farallones, biólogos de WCS Colombia y de María Camila Villegas, directora de Conservación de la Fundación Grupo Argos.
Los acuerdos son voluntarios, nunca los campesinos son obligados a concretarlos. “Y de esta forma se logra la recuperación de pequeños parches de bosque en los que los osos se apoyan para moverse de un lugar a otro. Así es posible alcanzar la diversidad genética necesaria de la especie”, explicó Mauricio Vela, biólogo, magíster en ciencias biológicas y experto para el tema de WCS Colombia.
Por su parte, María Camila Villegas comentó que este tipo de compromisos demuestran que se pueden hacer grandes acciones cuando hay unión de esfuerzos entre los diferentes actores del territorio.
Y es que ‘Conservamos la Vida’ se desarrolla donde habitan, en su mayoría, familias que viven muy cerca de bosques donde hay núcleos de poblaciones de la especie. Es usual que en estas zonas de frontera, en las que se traslapan los ecosistemas de montaña y los predios rurales, ocurra una interacción entre humanos y osos, debido a que estos últimos, por la deforestación de su hábitat, se quedan sin refugio y suelen hacer recorridos buscando alimento en los que suelen tener contacto con las fincas. A partir de ese momento, y en ocasiones, se gesta una cacería por retaliación, en la que los finqueros tratan de capturarlos para condenarlos a muerte por los daños económicos que puedan llegar a causarles.
A la fecha, según la Fundación Grupo Argos, se han logrado otros 48 acuerdos con familias campesinas de las áreas de intervención del proyecto. Esto ha permitido alcanzar 2066 hectáreas de conservación para el corredor del oso y 106 hectáreas restauradas, todo esto en los municipios de El Águila, Buga, Palmira y Dagua (Valle del Cauca), así como en El Tambo (Cauca), muy cerca de los Parques Nacionales Tatamá, Munchique y Farallones de Cali.