Estudio revela que las especies de bajo nivel trófico, en su mayoría pequeñas, son ricas en nutrientes esenciales, bajas en mercurio y más accesibles para los consumidores.
Un estudio realizado por Cornell University y Wildlife Conservation Society (WCS), instituciones miembros de la Alianza Aguas Amazónicas, revela que las especies de peces pequeñas, abundantes y nutritivas de la Amazonía pueden ser una solución tanto para la salud pública como para la conservación de la biodiversidad. Los hallazgos subrayan cómo la pesca de especies resilientes puede reducir los riesgos de contaminación por mercurio, a la vez que contribuyen a la seguridad alimentaria y al bienestar de las comunidades locales.
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El estudio, que analiza las especies de peces de consumo más frecuente en la Amazonía, encontró que las especies más grandes, como los bagres migratorios, son más vulnerables a la extinción y tienden a acumular mayores niveles de mercurio. Por el contrario, las especies más pequeñas no solo son más resistentes a las amenazas ambientales, sino que también son ricas en nutrientes esenciales y presentan un bajo riesgo de contaminación por mercurio. Este balance único de beneficios nutricionales y sostenibilidad hace de las especies pequeñas una opción valiosa para alinear los objetivos de conservación y salud pública en la región.
La Amazonía, hogar del ecosistema de agua dulce más grande y diverso del mundo, alberga más de 2500 especies, y se consumen más de 50 kg per capita por año, lo cual hace que la biodiversidad sea clave para la nutrición humana. Sin embargo, muchas de estas especies están amenazadas por la sobreexplotación y la contaminación. A través de este estudio, los investigadores proponen un enfoque que no solo protege las especies más vulnerables, sino que también promueve un consumo responsable que beneficie tanto a las personas como a los ecosistemas acuáticos.
El estudio resalta que el consumo de peces pequeños y accesibles puede reducir la presión sobre las poblaciones de peces grandes y migratorios, que son más costosos y menos nutritivos. Al optar por especies resilientes y con bajo contenido de mercurio, se promueve una pesca más sostenible, se mejora la seguridad alimentaria en las comunidades amazónicas, en las cuales el consumo de pescado supera los 50 kg per cápita anualmente, y se mitiga la sobreexplotación de especies vulnerables, como los bagres migratorios, favoreciendo la conservación de la biodiversidad amazónica.
Este estudio contó con el apoyo de la Fundación Conservación, Alimentación y Salud, la Fundación Gordon & Betty Moore y WCS.
Acerca de la Alianza Aguas Amazónicas:
La Alianza Aguas Amazónicas reúne a 29 organizaciones de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Francia y Perú. Su objetivo es mantener la integridad y conectividad de los ecosistemas acuáticos de la Cuenca Amazónica y los servicios que éstos proporcionan a la región y al mundo.
Para más información, por favor contactar a: Katy Puga, kpugacadena@wcs.org