Este espacio virtual proporciona un resumen de algunas de las transacciones que ayudan a la conservación de nuestras especies y ecosistemas. También, publica material técnico, documentos y herramientas para optimizar la eficiencia de las inversiones en favor de la biodiversidad del país.
Los mercados ambientales son los escenarios donde se producen intercambios económicos que surgen en medio de la necesidad de darle un uso adecuado a la biodiversidad. Por ejemplo, muchas veces una entidad estatal o una ONG pueden tener una iniciativa para el cuidado de un ecosistema, pero no saben cómo financiarla. Y, de otro lado, el sector privado quisiera desarrollar un compromiso ambiental en sus actividades, pero no tiene todo el conocimiento para implementar correctamente las normas legales que debe cumplir. Es en este momento cuando una transacción o la unión de quienes demandan un servicio, con quienes lo ofrecen, se vuelve definitiva.
Infortunadamente, esa relación no siempre brota con naturalidad. Reducir entonces las diferencias que pueden existir entre la oferta y la demanda de servicios, a favor de la biodiversidad, es el propósito de la página web Mercados Ambientales en Colombia un espacio virtual que acaba de ser relanzado por WCS Colombia, con la financiación de la fundación Santo Domingo.
“Nuestro propósito es que la información sobre avances en la consolidación de los mercados ambientales fluya y circule, especialmente aquella relacionada con las normas y herramientas que se diseñan para que las transacciones entre los actores funcionen”, explica Lucas Buitrago, experto en Herramientas de Sostenibilidad de WCS Colombia.
La página web está dividida en cuatro secciones principales que explican qué son esos mercados ambientales y lo que está sucediendo en ellos. También, logra hacer una curaduría de la información sobre el tema, proporciona herramientas técnicas y académicas desarrolladas por WCS Colombia y sus aliados, y brinda insumos educativos y publicaciones para los que quieren mejorar su conocimiento al respecto. Por ejemplo, una de ellas da cuenta de cómo las empresas, muchas veces, no están preparadas para conservar un ecosistema, ya sea voluntariamente o para responder a disposiciones legales (compensaciones).
Cuando, en ocasiones, el Gobierno expide normas frente a inversiones o compensaciones que se deben cumplir, la página web también nos puede informar y guiar para saber cómo hacerlo”, explica Dora María Moncada, coordinadora de Asuntos Ambientales de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI).
Moncada cuenta que muchas veces el lenguaje ambiental que usan las entidades oficiales no es el mismo al que utilizan las empresas, otro obstáculo que también busca ser superado con esta herramienta virtual. Y se refiere a que todavía la normatividad impone algunas barreras para transacciones en los mercados ambientales, no solo entre empresas, sino entre una de esas entidades privadas y, por ejemplo, una reserva de la sociedad civil.
Por eso, ella cree que esta es una oportunidad para discutir esos cambios y, adicionalmente, “democratizar mucho más el acceso a la información, hacia muchas iniciativas para la protección de los recursos naturales que nadie conoce y que no están disponibles para el público general o especializado”.
Otros temas que pueden ser estudiados en línea, y a través de módulos de capacitación, son la inversión forzosa para preservar agua de fuentes naturales o los pagos por servicios ambientales que incentivan la protección de áreas que tienen la potencialidad de generar o mejorar esos servicios.