El Instituto Humboldt, la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder), WCS y Parques Nacionales editaron un documento, con el apoyo de la Unión Europea, que recoge las principales conclusiones de un proceso de rehabilitación de un sector del Parque Nacional Los Nevados; ahora podrá ser replicable en cualquier región del país.
Colombia tiene la mitad de los páramos existentes en el mundo, de los cuales adquiere el abastecimiento de agua potable para el 70 por ciento de su población. Con 36 complejos paramunos, el país es un territorio privilegiado al acoger estos escenarios naturales situados entre el bosque andino y los glaciares y que aprovechan las lluvias y la niebla para surtir grandes caudales, como el Magdalena, Cauca, Meta o el Patía. No es poco lo que representan para la nación y por eso su cuidado debería ser una prioridad.
Y como un aporte a esa necesidad de preservarlos, nació el documento Restauración de Páramos. Una experiencia en la Cordillera Central de Colombia, que muestra cómo fue el trabajo de recuperación de 258 hectáreas de este ecosistema situadas dentro del Parque Nacional Natural Los Nevados, cerca de la Laguna del Mosquito (en la vereda El Bosque), un sitio históricamente muy turístico con conexión con la Laguna del Otún.
Una labor que, además, hizo parte del proyecto ‘Páramos: Biodiversidad y Recursos Hídricos en los Andes del Norte’ (conocido como Proyecto Páramos), iniciativa en la que han participado, además, la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder), el Instituto Humboldt, WCS Colombia y Parques Nacionales Naturales de Colombia, con la financiación de la Unión Europea.
Estas últimas cinco entidades avalaron y contribuyeron a que la publicación fuera posible, la cual fue descrita por Germán Forero, director científico de WCS Colombia, “como un contenido que, se espera, sea visto como un aporte más ante los sentidos llamados que hacen diversas instituciones locales, regionales y nacionales por la conservación de los páramos andinos”. Esto, entre otras cosas, porque incluye recomendaciones sobre métodos de siembra y especies particulares, al igual que un conjunto de indicadores que permiten evaluar el éxito de un proceso de rehabilitación.
Especies invasoras y ganadería
La guía está dirigida y redactada para todo tipo de público. La puede entender un biólogo o un ecólogo, pero su lenguaje no resultará antipático para alguien sin formación ambiental.
“Decidimos que debían incluirse lineamientos de lo que se debe hacer durante un trabajo de restauración. Por eso, es útil como un modelo o un ejemplo para recuperar páramos en otras regiones cuando las amenazas son ganadería y especies invasoras”, explica Lina Caro, coordinadora de Gestión de Áreas Protegidas de WCS Colombia. Ella dice que el objetivo es que pueda ser una obra académica de referencia entre alcaldías y otras instituciones públicas.
No tiene más de 100 páginas y está ambientada con fotografías de gran formato que muestran, principalmente, la vegetación típica de este ecosistema estratégico, cuya función principal es retener, capturar, almacenar y suministrar agua potable. Fue dividida en cuatro capítulos, pero tal vez los dos más sensibles recogen los detalles del diseño de la restauración, pero sin olvidar el contexto en el que ella se desarrolla.
Familias comprometidas
Del Parque Nacional Los Nevados sale el líquido para más de dos millones de personas que habitan en Caldas, Quindío, Risaralda y Tolima. Además, ese mismo recurso hídrico contribuye con el desarrollo agrícola de los cafetales, arrozales y algodonales que subsisten en la Cordillera Central.
Hay que tener en cuenta que cuando esta área nacional protegida fue creada, allí vivían cerca de 60 familias. Luego de esa declaratoria, la mayoría vendió sus fincas, luego de lo cual se quedaron 14, que tienen títulos sobre 2000 hectáreas, en su mayoría tierras afectadas por un manejo inadecuado del ganado y cuyos ejemplares se han movido más allá de esa área, hasta alcanzar 7 mil hectáreas, incluso tocando terrenos que han sido comprados en los últimos años por instituciones del estado, en un esfuerzo por aislarlos, precisamente, de esas presiones.
En ese sentido, el ejemplar relata cómo se establecieron acuerdos con los habitantes, quienes reconocieron que parte del territorio que estaban usando no debería destinarse para criar o sostener vacas u otros animales, una actividad que se ha arraigado en ‘El Mosquito’ y sus inmediaciones durante los últimos 40 años, lo que ha favorecido el establecimiento de especies exóticas o invasoras. A ello se han sumado las quemas, que originaron en 2006 un gravísimo incendio, que afectó 2400 hectáreas de páramo.
Al leer el texto se entiende entonces que para darle vida y rehabilitar un área afectada es necesario definir cercas, linderos y concretar aislamientos para que los animales no pasen hacia ese lugar elegido. Se explica, además, que se dejó un espacio de regeneración pasiva, donde la misma naturaleza actuará y hará, con el paso del tiempo, la reparación necesaria.
Y otra zona, aquella de 258 hectáreas, fue intervenida con siembras de 9 mil plantas nativas y con distribución natural en el rango altitudinal del área de trabajo; muchas de ellas prolíficas, con buena capacidad de recuperación y de regeneración, y con potencial para colonizar espacios abiertos o intervenidos, entre otras características. Algunas se reprodujeron en viveros antes de ser plantadas en el sitio definitivo, pero otras más se sembraron directamente. La guía exhibe imágenes y una descripción de cada una de ellas. Aparecen frailejones, chochos, sanalotodos, pinos de páramo, pajonales, senecios, romeros, guarda rocíos, siete cueros y romeros de páramo.
Y las páginas concluyen con algunos resultados del trabajo, porque sin que el proceso esté concluido, el cual requiere ahora un proceso estricto de monitoreo, ya se ha comenzado a notar una reducción en la presencia de plantas invasoras, también de una porción de la ganadería que afectaba el lugar y un compromiso mucho más estable de las comunidades por la recuperación ambiental.
Se busca que, a mediano plazo, el sector intervenido pueda verse muy parecido a como era originalmente. Y la guía, como un referente indiscutible para replicarse, parcial o totalmente, en cualquier región del país.