La Red, integrada por expertos, apoyará el manejo de emergencias para estos mamíferos entre el sur de Bolívar, sur del Cesar, Antioquia y Santander. Las comunidades podrán reportar cualquier eventualidad que involucre a ejemplares, a la línea 3229838738, para que sean auxiliados. Los manatíes del Caribe, o Trinchechus manatus manatus, están catalogados como En Peligro, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Entre 2010 y 2023 se han registrado 40 incidentes con manatíes en esta región del país. 31 de ellos murieron.
Por: Javier Silva
Hoy se celebra el Día Internacional del Manatí. Y en medio de esta conmemoración, en Colombia surge un empeño dirigido hacia su conservación: se trata del lanzamiento de la Red de Varamientos de Manatíes del Magdalena Medio (RVM), que tendrá como objetivo atender las emergencias en las que se vean involucrados ejemplares de la especie Trinchechus manatus manatus, catalogada como En Peligro, según resoluciones y conceptos del Libro Rojo de Mamíferos de Colombia, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Desde el 2010 ya se venían adelantando articulaciones para la atención de emergencias en Santander. En medio de esa intención, la Red de Varamientos dio sus primeros pasos en 2021, con el aval de comunidades de pescadores, la Corporación Autónoma Regional de Santander (CAS), la Alcaldía de Barrancabermeja y el liderazgo de la Fundación Cabildo Verde y WCS Colombia. Estas dos últimas organizaciones han hecho aportes desde el Proyecto Vida Silvestre (PVS), iniciativa que financian Ecopetrol y el Fondo Acción.
Ahora, la Red comienza a recorrer una nueva etapa, no solo porque consolida esos respaldos mencionados, sino porque a ellos se suman los de la Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia (Corantioquia) y las alcaldías de Puerto Parra y Sabana de Torres, en Santander, y Simití (sur de Bolívar). A nivel internacional, tendrá el acompañamiento de la Red de Varamientos de Quintana Roo, en México, y del Centro de Conservación de Manatíes del Caribe, en Puerto Rico.
Foto: Katerin Arévalo-González
Incorpora de esta forma nuevos refuerzos humanos para ayudar al sostenimiento de las vacas marinas, como también son conocidos los manatíes, por su enorme capacidad para comer plantas. “Aquí estamos observando un proceso inclusivo y de mayor participación, tanto a nivel público como privado, que involucra a entidades de todo el país. Esto ayudará a mejorar el relacionamiento con las comunidades y tendremos más fuerza, más autoridad para manejar casos alrededor del manatí”, explicó Bibiana Gómez, coordinadora Regional de Mares, de la CAS.
Ella reconoce que esta oportunidad les dará mayores opciones a los funcionarios para atender situaciones de emergencia y obtener mucho más conocimiento sobre la especie, lo que fortalecerá su relacionamiento con la comunidad y permitirá gestionar, con mayor eficacia, los recursos necesarios para financiar la logística de la atención y el rescate de los animales que enfrenten dificultades.
Algunas cifras que justifican una Red más fuerte
En general, y desde hace años, la vida de los manatíes ha tenido muchos obstáculos. Estos mamíferos no solo fueron cazados durante décadas para consumir su carne. Muchos otros han muerto al chocar con embarcaciones o al enredarse con mallas de pesca.
Pero, tal vez su principal rival ha sido, y es, la transformación y el secamiento de las ciénagas —su principal hábitat— para introducir ganado o cultivos. Al mismo tiempo, los fenómenos de variabilidad climática, como El Niño, han llevado a que esos enormes cuerpos de agua presenten disminuciones drásticas en sus niveles, aumentando el riesgo de los manatíes a enfrentar atascos inesperados. Precisamente, desde enero del 2010 y hasta julio de 2023, la misma Red ha contabilizado 40 emergencias de este tipo.
Esos hechos se han presentado, mayoritariamente, en Santander —con el 52,5 por ciento de los casos— especialmente en la Ciénaga de Paredes (situada entre Puerto Wilches y Sabana de Torres), así como en Barrancabermeja, Cimitarra y Puerto Parra.
Antioquia ocupa el segundo lugar en la cantidad de percances registrados, con el 17,5 por ciento de los accidentes, especialmente en Yondó. Lo sigue Bolívar, con el 17,5 por ciento (concentrados en Simití), y Cesar, con el 12 por ciento, más que todo en Aguachica y San Martín.
El 12,5 por ciento de los incidentes fueron clasificados como varamientos masivos, lo que significa que dos o más manatíes fueron hallados sin poder nadar. El mayor número de animales en esta situación se registró en 2020, en el Complejo Cenagoso El Totumo (Antioquia), con 36 animales vivos empozados. A su vez, el segundo más alto se reportó en 2010 en Ciénaga de Paredes (Santander), con 12 animales varados. En medio de estos acontecimientos, se supo que cuatro animales habían sido atrapados intencionadamente por lugareños con redes de pesca, quienes luego los liberaron. En total, en esos 40 percances contabilizados, 31 manatíes murieron.
Foto: Katerin Arévalo-González
Carlos Saavedra, coordinador del Proyecto Vida Silvestre (PVS), explica que cualquier esfuerzo que se haga, así sea por salvar un solo manatí, es importante, ya que este es un animal que se reproduce muy pocas veces —su periodo de gestación es de al menos 13 meses y el cuidado parental dura dos años— y hay muchos machos y hembras que han quedado aislados, generando dificultades para la persistencia de las poblaciones.
“En este caso estamos hablando de salvar individuos para, posteriormente, lograr proteger poblaciones”, dice Saavedra. Por eso, agrega: “tener una herramienta de gestión a favor de ellos, así no sea perfecta, y que facilite la organización de los rescates y la comunicación en esos procesos, resulta definitiva”.
S.O.S por WhatsApp
La Red, basada en las cifras de incidentes ya mencionados, y ante la necesidad de que el manatí recupere sus escenarios naturales, trabaja, básicamente, como un 911, es decir, es una línea de emergencia a la que cualquier persona puede llamar para reportar un individuo en aprietos. El número principal es 322-9838738.
Al hacer un reporte y explicar las características de una situación específica, tres comités que la conforman (operativo, técnico-científico y de difusión) serán los encargados de determinar las acciones a seguir. Y definirán, dependiendo de la ubicación del ejemplar en dificultades, quiénes serían los expertos encargados de liderar esa asistencia.
Las comunidades vienen apoyando esta tarea, porque algunas personas que viven en veredas como El Totumo y el Descanso (Yondó, Antioquia), Riberas del San Juan (en Cimitarra-Santander), Bocas del Carare, La Sierra (de Puerto Parra-Santander) y Campo Amalia, ubicada en Aguachica (Cesar), o en sitios cercanos a ciénagas como la de Paredes (entre Puerto Wilches y Sabana de Torres, en Santander), han sido capacitadas por las entidades para ejecutar un protocolo de primeros auxilios, lo que incluye reubicar al animal herido o encallado en un sitio donde se pueda mantener húmedo, o también darle sombra si aparece fuera del agua.
En todo este proceso de asistencia, la observación es clave antes de actuar. Por ejemplo: si el manatí está enredado en una malla, la acción obvia que quisieran hacer muchos es tratar de cortarla para liberarlo. Pero a veces es mejor esperar la ayuda de un experto para saber si es necesario prestarle algún tipo de atención antes de soltarlo completamente, ya sea por una herida o un deterioro evidente.
“Hay que desempeñarse con mucho tacto, y es lo que hemos inculcado a los miembros de las comunidades que hacen parte de la red”, dice Katerin Arévalo González, bióloga experta en manatíes de la Fundación Cabildo Verde y gestora de la Red.
Las personas saben que otra buena acción es tomar fotografías y enviarlas por WhatsApp al número ya indicado. De esta forma, los profesionales comenzarán a tener una idea más clara de la situación y planearán las acciones necesarias con mayor antelación.
Foto: Katerin Arévalo-González
Hay que tener en cuenta que del total de incidentes donde se vieron involucrados manatíes entre 2010 y 2023, el 87,5 por ciento de estos eventos fueron reportados por comunidades, así como por instituciones gubernamentales, o no gubernamentales, presentes en el territorio. Esto demuestra que el trabajo en equipo sí puede dar resultados y hacer la diferencia en momentos en que la especies busca y necesita de oportunidades para sobrevivir.
Ana María Jiménez, profesional ambiental de Ecopetrol en Barrancabermeja, concluye que, “por todo lo anterior, desde el Proyecto Vida Silvestre, la empresa estatal continuará prestando el apoyo técnico requerido para que los habitantes e instituciones del Magdalena Medio se involucren, más y más, con los monitoreos a la especie. Promoveremos, con otros actores productivos presentes en la región, el accionar de diversos espacios que faciliten la socialización de esta Red para ayudar a los manatíes”.
Se gesta de esta forma un trabajo muy articulado entre las instituciones y las comunidades, para salvaguardar y mantener las condiciones de vida de una especie trascendental para el Magdalena Medio, que desde hace muchos años reclama amparo y larga vida.