Certified Andean Bear Friendly (Certificación Amigo del Oso Andino) acreditará a aquellas iniciativas que favorezcan la conservación de esa emblemática especie. Los productores que la obtengan podrán acceder, entre otros beneficios, a mejores pagos por sus cosechas en los mercados internacionales.
Por Carolina Obregón Sánchez
Carlos Sánchez Londoño es caficultor por herencia. Cuenta que su familia siempre ha vivido en El Águila, municipio del norte del Valle del Cauca que limita con el Parque Nacional Natural Tatamá, en la cordillera Occidental; gracias a ello, dice que desde niño se acostumbró a la montaña, a los bosques, las aves y el agua, aunque “nunca había visto un oso hasta que llegó el proyecto”.
Al mencionar la palabra proyecto, Carlos se refiere a ‘Conservamos la Vida’, una alianza público-privada que desde el año 2016 viene trabajando para proteger al oso andino (Tremarctos ornatus, su nombre científico) y a su hábitat. Esta labor se ha desarrollado de manera exitosa con la ayuda de varias comunidades rurales que viven en los Andes colombianos, en donde esa especie tiene su hogar. Parques Nacionales Naturales de Colombia, la Fundación Grupo Argos, La Fundación Smurfit Kappa, la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC) y WCS Colombia, lideran la alianza.
El Águila, justamente, es uno de los territorios donde trabaja ‘Conservamos la Vida’, y forma parte del núcleo Tatamá-Farallones-Munchique (11.806 km2). Allí, 16 familias, entre ellas la de Carlos, firmaron, hace varios años, los primeros acuerdos voluntarios de conservación, con los que se comprometieron a liberar áreas en sus predios para mantener bosques sanos y naturales, mientras que en otras zonas realizan sus actividades productivas, entre ellas el cultivo de café.
Como parte de ese proceso, esas mismas familias del Águila lanzaron, en 2019, el Café Oso Andino, de las variedades Colombia, Castillo y Caturra, y calificado como de alta calidad. Los resultados logrados con la venta de sus cosechas, y amparados en esa llamativa marca, los motivaron a buscar el siguiente escalón: obtener algún tipo de reconocimiento que diera réditos a su compromiso con la conservación de Tremarctos ornatus. De ahí, entonces, que hoy sea un hecho la existencia de la certificación Amigo del Oso Andino o Certified Andean Bear Friendly.
Un sello con propósito regional
El oso andino o de anteojos solo se encuentra en América del Sur. Dado que es una especie vital para la regeneración de los bosques, su presencia también beneficia y cobija a otras especies de flora y fauna. Por esa razón se le considera como una especie sombrilla. Sin embargo, amenazas como la pérdida de su hábitat por la agricultura y la ganadería extensiva, los cultivos ilícitos, la tala, la caza y el tráfico ilegal de su piel y de algunos de sus órganos -además de las esporádicas interacciones negativas con los humanos-, han llevado a los expertos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) a categorizarlo como Vulnerable a la extinción. Esto hace que su conservación sea una apuesta prioritaria a nivel regional.
En tal sentido -explica Iván Mauricio Vela, líder de mamíferos grandes de WCS Colombia-, es que surge la necesidad de buscar más mecanismos para fortalecer los procesos de conservación que se adelantan en paisajes donde habitan los osos andinos. Esto llevó al Proyecto Conservación de Aguas y Tierras-ProCat Colombia, al Programa para la Conservación de Carnívoros Andinos en Bolivia (apoyado por el Chester Zoo), a la certificadora Wildlife Friendly Enterprise Network (WFEN) y a WCS Colombia, a desarrollar algún tipo de sello que reconozca a aquellas experiencias que contribuyen con la protección de la especie. Por consiguiente, y además del Café que lleva el nombre de ese animal, otros productos, como la miel Valle de Osos, resultado del Programa para la Conservación de Carnívoros Andinos en Bolivia, ya están aplicando a esa certificación.
Dicho Programa se desarrolla desde hace cerca de diez años en el departamento Tarija, al sur de Bolivia, con el objetivo de reducir el conflicto entre los jucumari (nombre que recibe el oso andino en este país) y los seres humanos. La apicultura es una de las alternativas productivas para las 161 familias vinculadas al proyecto, algunas dedicadas, tradicionalmente, a la ganadería extensiva. Actualmente, 43 de ellas se encuentran en el proceso de certificación de la miel Valle de Osos, que sería el primer producto de conservación que recibe esta distinción en Bolivia, de acuerdo con Ximena Vélez-Liendo, directora del Programa.
La certificación se basa en el cumplimiento de una serie de estándares que garantizan sistemas productivos sostenibles que contribuyan a la protección del oso y de su hábitat: unidades productivas planificadas, fincas ubicadas en áreas identificadas como prioritarias para la conservación de la especie, buenas prácticas que eviten los conflictos oso/humano, son algunos de dichos estándares. Christine Lippai, Directora Ejecutiva de Wildlife Friendly Enterprise Network, aclara que también se contemplan otros aspectos significativos relacionados, por ejemplo, con el comercio justo, la gobernanza local y el mejoramiento de los modos de vida tradicionales.
Inicialmente, Certified Andean Bear Friendly se otorgará a la producción de café, de miel y ganadera, que son las actividades que las comunidades eligieron en los proyectos mencionados, aunque se espera que otras iniciativas apliquen a esta en un futuro.
Historias de conservación
“Cuando llegó ‘Conservamos la Vida’, pusimos cámaras trampa y vi al oso… Siempre me ha gustado conservar, y siento gratitud porque estamos dejando zonas a las que han vuelto muchas especies”, explica Carlos. Él, junto con las otras familias, se asociaron para producir y comercializar aquel buen café al que llamaron Oso Andino, y que dentro de poco se convertirá en el Café Guardianes del Oso Andino, marca que ya están registrando y con la que esperan convertirse, antes de mediados del presente año, en los primeros caficultores en Colombia certificados con el sello de conservación Certified Andean Bear Friendly.
Mauricio Vela señala que son varios los beneficios que trae esa certificación, y que van desde el apoyo técnico para mejorar los procesos productivos y administrativos de la asociación, hasta el acompañamiento para abrir nuevos mercados con precios más favorables. A esto se suma el reconocimiento y la visibilidad de las historias de vida de estas familias que, según Diego Zárrate, Director de ProCAT Colombia, es uno de los mayores propósitos: “Las historias importan para conocer lo que pasa en los territorios y las alianzas que se forman para dignificar la realidad de comunidades campesinas e indígenas a través de la conservación”, afirma. La ONG ProCat Colombia, es asesora técnica de la certificación Amigo del Oso Andino, gracias a su experiencia en la aplicación del sello Jaguar FriendlyTM para El Camino del Jaguar, que es el primer café amigo del jaguar en el mundo.
Ximena Vélez añade que esta es una gran oportunidad para que las familias que se dedican a la conservación “se sientan orgullosas de lo que hacen. Ellas han cambiado su percepción frente al oso, y de verlo como un ‘mataganado´, ahora dicen que ´en donde hay osos hay agua y, por lo tanto, hay bosque´”. Por eso, la certificación es un valor agregado que evidencia que la miel y el café son productos especiales que pueden ayudar a la conservación.
La certificación Amigo del Oso Andino también está inspirada en lograr una naturaleza positiva que nos lleve como humanidad a revertir la pérdida de biodiversidad. Paul Bamford, encargado del programa regional de conservación para Latinoamérica del Chester Zoo, concluye que son muchas las buenas noticias sobre conservación en el mundo y salvar de la extinción a una especie como el oso andino es una de ellas.