Talleres ofrecidos por la Corporación Ambiental La Pedregoza, en el marco del Proyecto Vida Silvestre.
Como parte de uno de los objetivos que tiene La Pedregoza, en pro de la conservación del Acosmiun nitens, conocido comunmente como Congrio, esta organización lideró tres encuentros en los que se plantearon opciones, distintas a la tala, para la elaboración de cercas o postes, en los predios de la región.
Uno de los talleres tuvo como escenario la Feria de Agricultura Sostenible. Esta fue organizada por la Gobernación del Vichada y se realizó en Puerto Carreño. Allí, además de Brigitte Baptiste, directora del Instituto Alexander von Humboldt, representantes de otras entidades como Parques Nacionales Naturales de Colombia y Fundación Natura formaron parte del encuentro. De la misma manera, propietarios de predios y fincas de la zona, además de la comunidad local, participaron en el evento.
Un segundo taller se ofreció como apertura al III Foro Forestal de la Orinoquía, organizado por la Asociación Gremial Agroforestal Vichadense (AGAF). A este espacio asistieron: estudiantes del SENA, técnicos y trabajadores de las diferentes reforestadoras del Vichada, representantes de las fuerzas Armadas de Colombia, trabajadores y propietarios de fincas locales, representantes de MUVEA (ONG Mujeres Vichadenses en Acción) e igualmente, habitantes de la región. Todos, interesados en aprender sobre alternativas a la tala de congrio.
Finalmente, se llevó a cabo un tercer espacio de discusión para el grupo ambiental del SENA. A este, asistieron alrededor de 20 personas con el ánimo de conocer más sobre el congrio y todo lo relacionado con la especie.
Algunas de las opciones que se expusieron en estos encuentros, fueron las de impulsar el uso de postes de cemento o plástico reciclado en las zonas inundables. Esto, buscando reducir la fuerte presión a la que se ha visto sometido el congrio y así, mejorar la sostenibilidad de la especie.
El congrio –recordemos- es un árbol muy apetecido por la calidad de su madera. Su alta resistencia a la putrefacción lo hace bastante atractivo, especialmente para la construcción de muelles (puede llegar a permanecer hasta 30 años en contacto directo con el suelo y el agua). Sin embargo, la tala y la no replantación de esta especie, han derivado en una importante disminución de sus poblaciones. Por ello, el Proyecto Vida Silvestre y la Corporación La Pedregoza, adelantan acciones con miras a evitar su desaparición.