El animal fue visto durante un recorrido que realizaban estudiantes de Gestión Ambiental y Recursos Naturales del SENA, quienes adelantan sus prácticas en temas forestales en La Pegregoza. Un lote de eucalipto fue el escenario donde toparse con el bello ejemplar de Tapirus terrestris que merodeaba la zona, hizo de ese, un memorable trayecto.
Según cuentan los observadores, por la ubicación, la danta venía de uno de los cultivos nativos de congrio y aceite que se sembraron en 2015 en el marco del Proyecto Vida Silvestre (PVS). En esta iniciativa, La Corporación Ambiental La Pedregoza trabaja desarrollando acciones de conservación en beneficio del congrio (acosmium nitens), un árbol bastante apetecido en la región por la calidad de su madera.
En esta área, la presencia de la danta había sido solo un indicio derivado del hallazgo de huellas, heces y otros rastros, sin embargo, no se había logrado verla o registrarla anteriormente. Eso hace de este encuentro, una buena razón para celebrar el avistamiento.
De otro lado, dentro del área de restauración que fue sembrada en la finca el Diamante, en 2014 se encontraron huellas de danta. Esto confirma que la selección del lugar fue acertada y no es únicamente una zona forestal. Allí también, el crecimiento del congrio ha sido impresionante, ya que hay algunos de más de 2 metros de altura en solamente un año y medio.
Hay que recordar que tanto como la danta como el congrio forman parte del Proyecto Vida Silvestre porque se consideran especies “sombrillas”, es decir, su protección conlleva a la protección de otros animales y plantas que comparten su mismo hábitat. Estas, junto a otras 8 especies tanto de flora como de fauna, son objeto de trabajos de conservación dentro del PVS en los Llanos Orientales y en el Magdalena Medio.