Rescate de nidos en temporada reproductiva.
Mediante el monitoreo de playas, el rescate de nidos, la incubación artificial y la construcción de playas artificiales, los habitantes del Sinú que conviven con la tortuga de río (Podocnemis lewyana) ayudan en el camino a la conservación de esta especie.
La temporada reproductiva de esta tortuga inició a mediados de enero, y los equipos de trabajo de las comunidades de Cotocá Arriba y Caño Viejo, ubicadas en el río Sinú, adelantan distintas actividades para asegurarse de que las tortuguitas logren nacer. Todo, con el apoyo de WCS Colombia, Turtle Survival Alliance y la Fundación Mario Santo Domingo.
Como parte de las tareas que se realizan, diariamente los recolectores salen a recorrer las playas muy temprano en busca de nidos. Estos son localizados siguiendo las huellas dejadas por las tortugas en la arena. Una vez encontrados, se hace una toma de datos de los nidos y si se hallan en peligro de inundación o depredación, la nidada es retirada y trasladada a incubación artificial.
Una vez en las incubadoras, las nidadas son debidamente marcadas para que,al nacer, los neonatos sean devueltos a la misma playa de la que fueron extraídos. En la incubadora, la temperatura y los nidos, son vigilados constantemente para evitar deshidratación, infección por hongos, o cualquier otro problema que comprometa a los demás huevos.
Otra de las estrategias en pro de la protección de la tortuga de río, ha sido la construcción de playas artificiales. Estas son escogidas tomando como referencia playas naturales preexistentes y se construyen quitando toda la cobertura vegetal del espacio designado y removiendo la tierra para generar una superficie fácil de excavar para la tortuga. Finalmente es cercado para evitar el ingreso de ganado y otros animales que puedan destruir las nidadas.
Gracias a todo este trabajo, actualmente hay un total de 90 nidos, 20 de ellos en estado natural y 70 en incubación artificial, con los que se llega a los 1500 huevos.
Es importante recordar que esta especie se encuentra en la lista de las 25 tortugas más próximas a la extinción. Es endémica de Colombia y habita únicamente en vertientes de los ríos Magdalena y Sinú. De ahí la importancia de que quienes comparten su hábitat, sean consecuentes con sus acciones.